El británico, que solía consumir alrededor de 14 bebidas alcohólicas por semana, decidió reemplazarlas por agua con gas. La transformación fue tan evidente que él mismo reconoce que bastó con eliminar esa “copita de vino” antes de dormir para ver resultados notables. Así lo compartió en una entrevista con The Sun.
Una década sin dormir bien… hasta dejar el alcohol
Durante más de diez años, Cam sufrió de insomnio severo. Intentó de todo para mejorar su sueño, sin éxito. El verdadero cambio llegó cuando decidió dejar el alcohol. Aunque los efectos no fueron inmediatos, a los seis meses notó mejoras significativas: “Mi capacidad de concentración se disparó. Sentarme a trabajar se volvió natural, sin esfuerzo”, explicó.
Antes, Jones solía quedarse dormido rápidamente, pero se despertaba a mitad de la noche y no podía volver a conciliar el sueño. Tras su decisión, sus noches mejoraron y descubrió que en realidad es una persona matutina.
Cambios físicos y emocionales: menos grasa, más energía y mejor humor
El impacto en su cuerpo fue tan notorio como en su mente. Cam notó una reducción en su grasa corporal, un aumento en su motivación y una disminución considerable en su nivel de estrés.
Todo esto fue parte de un proceso más amplio: se unió al popular reto 75 Hard, un programa que exige una dieta saludable, actividad física dos veces al día y cero alcohol durante 75 días. Para Cam, fue el detonante de su evolución.
“Dejar el alcohol fue clave en mi pérdida de peso inicial. Empecé a despertarme a las 6 de la mañana para entrenar antes de trabajar. Mi rutina diaria cambió por completo”, comentó. Su experiencia la compartió en YouTube, donde su video ya supera las 28.000 visualizaciones. Las imágenes del “antes y después” hablan por sí solas.
Alcohol y sueño: una relación perjudicial
Diversos estudios respaldan la experiencia de Jones. Aunque el alcohol puede inducir el sueño inicialmente, interfiere con la fase REM, esencial para funciones cognitivas como la memoria y la creatividad. Además, su metabolización genera deshidratación, sudoración y despertares nocturnos, afectando la calidad del descanso.
Dormir mejor también ayuda a regular hormonas del hambre, reducir antojos y mantener hábitos saludables. “Cuando dormía mal, comía más, me sentía agotado y sin ganas de hacer ejercicio”, confesó el influencer.
El beneficio económico de dejar el alcohol
Cam no solo ganó salud, también mejoró su economía personal. Al sustituir vino y cócteles por agua con gas, calcula haber ahorrado entre 55 y 77 libras esterlinas por semana, lo que representa más de 270 libras mensuales.
Aunque planea reintroducir el alcohol en su vida, lo hará con extrema moderación: de siete copas a la semana, pasará a solo siete al año. “No es glamuroso, pero es real. Hay cosas del alcohol que me gustan, pero también muchas que detesto”, concluyó.
Conclusión
Cam Jones demuestra que pequeños cambios pueden generar transformaciones enormes. Su historia inspira a miles de personas a reconsiderar sus hábitos y priorizar su bienestar físico y emocional. Su experiencia es una prueba más del impacto que tiene el alcohol en el cuerpo, la mente… y el bolsillo.
