Colombia no deja de sorprender. En medio de un entierro en Quibdó, Chocó, un hombre protagonizó una inusual y polémica escena: se interpuso frente a una bóveda para impedir que enterraran a un fallecido… porque le debía dinero. El video del incidente ya se volvió viral y ha encendido un fuerte debate en redes sociales.
El momento que dejó a todos boquiabiertos
En las imágenes, grabadas por asistentes al sepelio, se observa cómo un sujeto con camiseta negra y pantalón azul se planta frente a la tumba, exigiendo el pago de una supuesta deuda. En pleno acto fúnebre, reclamó su dinero a viva voz, causando la indignación de los presentes.
“¡Así no más no se va a ir! ¡Primero que pague lo que debe!”, gritaba mientras bloqueaba el paso del ataúd.
La situación se salió de control cuando uno de los asistentes, visiblemente molesto, lo increpó e incluso lo golpeó con una botella plástica, generando un forcejeo en medio del cementerio, donde la multitud observaba atónita.
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¿Qué pasó después?
Aunque algunos presentes intentaron calmar la situación, otros estuvieron a punto de agredir al presunto acreedor. Finalmente, el hombre accedió a retirarse del lugar, permitiendo que el sepelio continuara. Luego, se quedó conversando con algunos asistentes mientras los ánimos se enfriaban.
Lo insólito del hecho ha desatado miles de reacciones en plataformas como X (antes Twitter), donde los comentarios mezclan la indignación con el humor negro.
“Solo en Colombia prestan plata hasta después de muertos”, “¿Ahora hay que pagar deudas antes de morirse?”, “Que lo entierren con el difunto y le cobre en el más allá”,
fueron algunas de las reacciones más compartidas.
Trasfondo preocupante: ¿Qué tan grave es el problema del “gota a gota”?

Más allá del impacto viral del video, lo ocurrido en Quibdó podría estar relacionado con una realidad mucho más preocupante: el auge del sistema de préstamos informales “gota a gota” en Colombia.
Este método de financiamiento —rápido pero letal— afecta a más del 40% de los hogares de bajos ingresos y al 12% de las microempresas en el país. ¿La razón? La exclusión financiera. Con más de 23 millones de colombianos sin acceso a la banca formal, muchos se ven obligados a acudir a estos prestamistas, que aplican intereses que superan el 600% anual, muy por encima de la tasa de usura legal.
Además del abuso económico, el “gota a gota” está vinculado con redes criminales, lavado de dinero y hasta financiación del terrorismo, lo que ha llevado a las autoridades a alertar sobre sus peligros y a buscar estrategias para frenar su expansión.
¿Qué están haciendo las autoridades?
Pese a los esfuerzos por ampliar el acceso a crédito formal y a las campañas contra los préstamos ilegales, el fenómeno sigue creciendo. En zonas como Chocó, donde la informalidad financiera es la norma, este tipo de episodios extremos comienzan a convertirse en reflejo de una crisis silenciosa.
¿Hasta dónde llega la desesperación por el dinero?
Lo que parecía una escena absurda o sacada de una comedia negra revela una problemática real: en muchos rincones de Colombia, la deuda puede perseguir hasta después de la muerte.
¿Qué opinas? ¿Se justifican actos como este o es simplemente una muestra más de cómo la desigualdad está llevando a extremos impensables?
Comparte esta historia si tú también crees que es hora de ponerle freno al “gota a gota” y a los abusos financieros en Colombia.